miércoles, 17 de septiembre de 2014

15 CARACTERIZTICAS DEL NUEVO ESCENARIO DE LA SALUD.

     Texto editado para las conferencias de salud publica del movimiento Perú Humanista
 
MEGATENDENCIAS DE ALDEA GLOBAL, EN EL PROCESO DE URBANISMO Y SALUD EN EL MUNDO La población mundial que vive en ciudades ya superó el 50% del total de la humanidad, y este porcentaje seguirá aumentando. Se prevé que para el año 2030, seis de cada diez personas residirán en ciudades, incrementándose hasta siete de cada diez en el año 2050. El urbanismo se ha impuesto. Es una mega tendencia irreversible que ya forma parte de la aldea global que vivimos. Los efectos de este proceso de urbanización se dan en la salud colectiva, a escala mundial, y en la salud de cada uno de nosotros.  Está vinculada a muchos problemas de salud, y agravan   los temas relacionados con el agua, el medio ambiente, la violencia y las lesiones, las enfermedades crónico-degenerativas, las enfermedades transmisibles; así como los factores de riesgo: El consumo de tabaco, los regímenes alimentarios no saludables, el sedentarismo y la inactividad física, el uso nocivo del alcohol, entre otros hábitos nocivos.

 CARACTERIZTICAS DEL PROCESO DE ACELERADA URBANIZACION Y CAMBIOS EN LA SALUD PÚBLICA

1. El proceso de urbanización se extiende por todas las regiones del mundo

El ritmo con el que se ha dado la urbanización durante los últimos decenios queda bien ejemplificado observando el tiempo que ha tardado una ciudad en crecer de uno a ocho millones de habitantes. En Londres, este crecimiento se produjo en unos 130 años. Bangkok experimentó un crecimiento similar en 45 años. En Seúl, tan solo se produjo en 25 años, al igual que en muchas ciudades de China, que crecen al ritmo mensual de urbes de 1 millón de habitantes. En los países de África y América Latina la urbanización ha crecido más rápido que la capacidad de los gobiernos para construir infraestructuras básicas que hagan las ciudades seguras, gratificantes y sanas, generando conflictos sociales, sin mayores perspectivas de solución a la calidad de vida que demanda la población.

2. Las desigualdades sanitarias crecientes en todas las ciudades, sobre todo de los países emergentes

Las desigualdades socio económicas generan desigualdades en salud, y producen conflictos, en la mayoría de países con ingresos elevados como en los de ingresos medios y bajos. Las diferencias de esperanza de vida entre los habitantes de una misma ciudad son significativas; hoy  es evidente mayor desigualdad socioeconómica en las áreas urbanas que en las rurales.
 
3. El ámbito urbano como determinantes social y sanitario

El estado de bienestar y salud están determinados por condiciones y factores ambientales, sociales y de infraestructura física sobre los que se puede influir positivamente. Estos determinantes son agua y  saneamiento básico, calidad del aire, de vida y de las condiciones de trabajo, el acceso a los servicios y los recursos. Los innumerables factores y condiciones existentes en los medios urbanos hacen de la urbanización una fuerza tan poderosa que es, en sí misma, uno de los elementos principales que determinan la salud pública en el siglo XXI. Por ello la necesidad de la planificación concertada entre los distintos niveles de gobierno y los ciudadanos de cada país, para incidir en forma de políticas publicas sobre los determinantes que afectan el bienestar y la salud de los y las ciudadanas.

 4. Graves cambios por el medio urbano

Un 32% de la población urbana de las regiones en desarrollo carece de sistemas mejorados de saneamiento. A nivel mundial, se estima que el 3% de todas las muertes, en particular la mayoría de las debidas a enfermedades diarreicas, se deben a la falta de fuentes de agua de bebida mejorada, sistemas de saneamiento y una higiene adecuada.  Además, la escasa fiabilidad del agua corriente en las zonas urbanas fomenta el almacenamiento doméstico del agua, con el consiguiente riesgo de contaminación (enfermedades diarreicas) y de reproducción de vectores (del dengue y la malaria); las medidas de tratamiento y almacenamiento seguro del agua en los hogares pueden reducir esos riesgos.

Aproximadamente un 25% de los habitantes de las ciudades en los países en desarrollo, y el 70% en los países menos adelantados, utilizan combustibles sólidos para cocinar y calentarse, lo que causa contaminación en interiores, aumenta considerablemente el riesgo de enfermedades respiratorias, sobre todo entre los niños, y agrava también la contaminación del aire exterior. A nivel mundial, alrededor de 2 millones de muertes anuales se deben a esa exposición a la contaminación del aire en espacios habitados. El uso de estufas mejoradas o de combustibles alternativos (gas de petróleo licuado, energía solar, etc.) es una opción para abordar este grave problema de salud y, en algunos casos, reducir además la emisión de gases de efecto invernadero. La precariedad de las viviendas urbanas, del almacenamiento doméstico del agua y de las prácticas de evacuación de desechos es también un factor que favorece las enfermedades transmitidas por vectores, en particular el dengue y la malaria. Un mejor diseño de las viviendas permitiría mitigar esos problemas, así como abordar los problemas de conservación de la energía. La evacuación de los desechos sanitarios, con sustancias tóxicas o peligros biológicos, puede plantear riesgos para la salud en las zonas urbanas con servicios de eliminación inadecuados, al igual que ocurre con otras formas de exposición a residuos industriales y comerciales.

Las ciudades de los países en desarrollo son especialmente vulnerables a los riesgos para la salud asociados al cambio climático, y en particular la ubicación costera de muchas grandes ciudades acentúa la vulnerabilidad de las poblaciones a los fenómenos meteorológicos extremos y la subida del nivel del mar.

5. Transporte urbano otro determinante contra la salud

En muchas ciudades del mundo en desarrollo, el aumento vertiginoso del tránsito de vehículos de motor que se ha producido en los últimos decenios plantea un problema creciente de salud pública urbana, sobre todo para los grupos vulnerables. También en el mundo desarrollado, por ejemplo en Europa, los sistemas de transporte urbano, unidos al tabaquismo y la alimentación, son ampliamente reconocidos como uno de los determinantes más importantes de la salud. A nivel mundial, los traumatismos causados por el tránsito constituyen la novena causa de mortalidad, y la mayoría de las muertes por esa causa ocurren en países de ingresos bajos y medios. Casi la mitad de quienes fallecen en colisiones en las vías de tránsito son peatones, ciclistas o usuarios de vehículos motorizados de dos ruedas.

Se estima que la contaminación atmosférica urbana mata aproximadamente a 1,2 millones de personas cada año en todo el mundo, en gran parte como consecuencia de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Una notable proporción de la contaminación del aire urbano es generada por los vehículos de motor, aunque la contaminación industrial, la generación de electricidad y, en los países menos adelantados, el uso de combustibles en los hogares, son también factores importantes. A nivel mundial, las emisiones de los medios de transporte son otra contribución relevante al cambio climático. En muchas ciudades de los países en desarrollo, la alta concentración de vehículos urbanos, la proliferación de vehículos viejos y contaminantes (por ejemplo con viejos motores diesel), las malas infraestructuras, y el tránsito entreverado de peatones y ciclistas y de vehículos generan riesgos incluso mayores por contaminación del aire y traumatismos causados por el tránsito, especialmente para los grupos vulnerables.

Al crear barreras para los peatones y ciclistas y para otras formas de actividad física, el transporte urbano mal planificado propicia además el sedentarismo, que es también un factor asociado a obesidad y otras enfermedades conexas. El ruido de los medios de transporte favorece la aparición de enfermedades relacionadas con el estrés. La contaminación y la inseguridad de las calles afectan a la salud de toda la población urbana, pero los grupos que afrontan los mayores riesgos suelen ser los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad y los pobres, pues son los más obligados a caminar o a usar la bicicleta o el transporte público en sus desplazamientos cotidianos.

Al expandirse las ciudades de forma descontrolada, los nuevos barrios y negocios suelen quedar ubicados lejos de los centros de transporte público, y sin una red segura para peatones y bicicletas. Ello crea a su vez un círculo vicioso de mayor dependencia del transporte motorizado y mayor exposición a riesgos. La expansión desordenada puede traducirse también en unas redes de suministro eléctrico, de alcantarillado y de abastecimiento de agua ineficientes y de difícil regulación.

 6. La creciente carga de enfermedades crónico-degenerativas y los malos hábitos

Actualmente, aproximadamente el 80% de la carga mundial de enfermedades crónicas se concentra en los países de ingresos bajos y medios, lo que tiene grandes repercusiones para la calidad y el costo de la atención a largo plazo, así como para el acceso a ella. La obesidad, el sobrepeso y otras afecciones conexas también constituyen una pesada carga económica para los países en términos de enormes gastos sanitarios y pérdida de productividad.

Los regímenes alimentarios no saludables y la inactividad física contribuyen al aumento del riesgo de sufrir muchas de las enfermedades no transmisibles, así como de afecciones crónicas como la obesidad, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis, la diabetes de tipo 2 y determinados tipos de cáncer.

7. Alimentación y actividad física en los medios urbanos

Los entornos urbanos tienden a desalentar la actividad física y fomentar el consumo de alimentos no saludables.

Participar en actividades físicas es complicado debido a diversos factores urbanos entre los que cabe citar la superpoblación, el gran volumen de tráfico, el uso intensivo del transporte motorizado, la mala calidad del aire y la falta de espacios públicos seguros, así como de instalaciones deportivas y recreativas. A menudo, en las ciudades se encuentran más alimentos híper calóricos y poco nutritivos con alto contenido de grasas, azúcares y sal, y, además, suele haber una mayor demanda de «comida rápida» para atender el acelerado estilo de vida. Según la OMS, como mínimo en la mitad de los países la prevalencia del consumo insuficiente de fruta y verdura en las zonas urbanas era de aproximadamente el 70% o más.

 8. Hábito de fumar y tabaquismo pasivo en las zonas urbanas

Las tasas de tabaquismo tal vez sean más altas en algunas zonas urbanas debido a una mayor disponibilidad de productos de tabaco y a la mercadotecnia dirigida, en especial en los países en desarrollo. La cifra absoluta de fumadores en las áreas urbanas puede ser considerable incluso si la prevalencia es menor que en las zonas rurales. En el tabaquismo pasivo no existe un nivel de exposición seguro. Las zonas de fumadores y no fumadores en restaurantes, bares y pubs, no garantizan que se limite adecuadamente el tabaquismo pasivo.

9. Violencia en las zonas urbanas

La frecuencia e intensidad de la violencia está estrechamente relacionada con las desigualdades sociales y económicas dentro de las grandes ciudades o entre ellas, a menudo con enormes disparidades en las tasas de homicidio, violencia juvenil, agresiones sexuales y maltrato de niños, cifras que coinciden con las desigualdades en la provisión de la vivienda, la enseñanza, el empleo y el gasto en salud. Las tasas de actos de violencia perpetrados por varones jóvenes, que suelen pertenecer a bandas, son más elevadas en las zonas urbanas. La mayor parte de los delitos relacionados con la violencia denunciada en las ciudades corresponden a casos de violencia de las bandas. La emigración de las zonas rurales a las ciudades, la ruptura del orden social establecido, los cambios demográficos y las desigualdades económicas son situaciones que ayudan a incitar la violencia juvenil en las ciudades.

 10. Salud mental

La rápida urbanización de las ciudades crea unas condiciones que pueden amenazar la salud mental, como son el hacinamiento, el desempleo, la pobreza, el extrañamiento cultural y el aislamiento, y el deterioro de las viviendas. La urbanización puede incrementar la carga de trastornos mentales y ensanchar las brechas terapéuticas. Las brechas de tratamiento de las enfermedades mentales son especialmente pronunciadas en los centros urbanos de los países en desarrollo.

Estudios realizados tanto en países desarrollados como en países en desarrollo muestran que los niños de los entornos urbanos (en especial los de ingresos bajos) tienen mayores tasas de problemas psicológicos y de comportamiento así como  menores expectativas educativas y laborales que los que viven en zonas rurales. En varios estudios se ha observado que la salud mental depende también de factores del vecindario tales como los niveles de contaminación sonora, la percepción del entorno próximo (medios de esparcimiento local, reputación de la zona y temor a la delincuencia), la cohesión social y el capital social.

Si se desea mejorar el acceso a los servicios y los resultados de salud mental, las intervenciones en ese campo deben integrarse en el sistema de salud general, especialmente en la atención primaria. La asistencia sanitaria y los servicios sociales deben proporcionarse de manera que aborden las necesidades de salud mental particulares de las poblaciones urbanas, incluidos los numerosos migrantes.

11. Abuso de sustancias

Los problemas relacionados con el alcohol y las drogas pueden verse exacerbados por la urbanización, ya que el acceso al alcohol y las drogas ilícitas es mayor en los entornos urbanos. Incluso después de tener en cuenta otras variables, la urbanización se asocia a una duplicación de los ingresos hospitalarios por trastornos relacionados con el consumo de alcohol o drogas.

El nivel de abstinencia es un determinante importante de la carga de morbilidad por alcohol, que tiene a menudo un papel protector en las sociedades más pobres, pero esas tasas de abstinencia suelen ser menores en las zonas urbanas que en las rurales. Paralelamente al aumento de la riqueza, en muchas ciudades de los países en desarrollo se produce a menudo un incremento sustancial del consumo de alcohol y drogas y de los problemas de salud pública resultantes, que afectan desproporcionadamente a los pobres.

12. Tuberculosis

El hacinamiento y una alta densidad demográfica son factores de riesgo directo de la propagación de enfermedades transmisibles, especialmente de las transmitidas por el aire, como la tuberculosis. La rápida expansión de la población urbana que se observa en todo el mundo, pero especialmente en los países de ingresos bajos, ha dado lugar a asentamientos urbanos pobres de crecimiento descontrolado donde la gente vive sumida en la miseria, con problemas relacionados con la pobreza, el saneamiento, la higiene, la vivienda y el hacinamiento. Esos asentamientos urbanos congestionados favorecen la propagación de las enfermedades más transmisibles, especialmente de la tuberculosis.

La incidencia de tuberculosis es mucho mayor en las grandes ciudades. En Nueva York, por ejemplo, es el cuádruple de la media nacional. La incidencia de tuberculosis en algunas zonas de Londres es igual o superior a la de China. La situación no es diferente en los países con pocos recursos: el 45% de los casos de tuberculosis registrados en Guinea se concentran en Conakry; y en la República Democrática del Congo el 83% de los casos de tuberculosis se dan en las ciudades. Los problemas que plantea la lucha contra la tuberculosis en las ciudades son: 1) los multiplicidad de prestadores de atención de salud, 2) la multiplicidad de usuarios de los servicios de tuberculosis (habitantes de barrios marginales, migrantes, drogadictos, personas sin hogar), y 3) la multiplicidad de autoridades -municipales, provinciales, nacionales responsables de llevar a cabo tareas similares con distintos grupos de población. Para dispensar una atención antituberculosa de calidad se requiere algo más que unos buenos servicios clínicos, en particular vínculos sólidos con otros servicios sociales que posibiliten un firme apoyo a los pacientes.

 

13. Más urbanismo; más VIH/sida

La prevalencia del VIH en las situaciones de epidemia generalizada es por lo habitual más alta en las zonas urbanas; las encuestas de hogares basadas en la población indican que la prevalencia es 1,7 veces mayor en las zonas urbanas que en las rurales. Epidemias concentradas, los grupos con alto riesgo de contraer el VIH debido a determinados comportamientos, como el consumo de drogas por vía intravenosa, los hombres que tienen relaciones homosexuales y los trabajadores sexuales y sus parejas suelen encontrarse en las zonas urbanas, lo que eleva el riesgo de exposición en esas zonas.
 Aunque pueden representar un mayor riesgo de exposición al VIH, las zonas urbanas suelen beneficiarse por otra parte de un mayor acceso a los servicios de salud, y la concentración de poblaciones en torno a los servicios de salud pone de relieve el potencial de expansión y mejora de los servicios de salud urbanos en lo tocante al tratamiento y la prevención de la infección por VIH.
 
14. Urbanización y salud materna infantil

Rápido crecimiento de las ciudades ha hecho más notoria la desigualdad del acceso a la atención obstétrica calificada y los servicios de urgencia por las mujeres urbanas. Las mujeres que viven en los barrios pobres no suelen tener acceso a los servicios básicos de salud. Esas mujeres y sus recién nacidos se encuentran en una situación especialmente desventajosa, ya que no reciben una atención adecuada durante el embarazo y el parto.

En los países en desarrollo, la mayoría de las cesáreas se practican en las mujeres más ricas de los entornos urbanos, mientras que las mujeres más pobres de esos entornos no suelen tener acceso a ese procedimiento que salva vidas. Se observa una tendencia similar en lo que atañe al acceso a parteras competentes. Son muy pocas las mujeres pobres que tienen acceso a un médico o una enfermera o partera calificada durante el parto.

15. Emergencias de salud pública y crisis humanitarias en entornos urbanos

El riesgo de aparición de situaciones de emergencia por peligros naturales (como terremotos, inundaciones, calor o frío extremos, deslizamientos de tierras y terremotos), riesgos químicos y radiológicos, incendios, colisiones de medios de transporte y brotes de enfermedades respiratorias, transmitidas por el agua o transmitidas por vectores se ve amplificado por la concentración de la población y sus condiciones de vida en las zonas urbanas. Los conflictos y la inseguridad en los entornos urbanos y el desplazamiento de las personas afectadas por las crisis de las zonas rurales a las ciudades plantean grandes desafíos humanitarios. Los barrios de tugurios proliferan debido al gran número de personas desplazadas que buscan refugio en los márgenes de las zonas urbanas.

Las deficiencias de los sistemas de abastecimiento de agua y saneamiento, el hacinamiento y las viviendas propensas a incendios aumentan la vulnerabilidad de la comunidad a las emergencias, sobre todo entre las poblaciones pobres urbanas y otros grupos de alto riesgo. Ciudades actúan como un motor eficiente de difusión rápida de las enfermedades a nivel nacional e internacional, pues son un entorno privilegiado tanto para la amplificación de las enfermedades como para la movilidad de las personas infectadas a través de las estaciones de autobús y de ferrocarril, los grandes aeropuertos internacionales y los puertos marítimos.

Los establecimientos sanitarios se ven dañados o destruidos por los desastres, y las autoridades locales y las comunidades suelen estar mal preparadas y carecer de recursos suficientes para articular una respuesta acorde con la magnitud de esas situaciones de emergencia, con lo cual la población ve limitado su acceso a los servicios de salud y de emergencia precisamente cuando más los necesita. Cuando las zonas urbanas, en las que se concentran los servicios de salud, los medios logísticos y otros recursos, se ven afectadas por una situación de emergencia, la asistencia al resto del país se ve restringida.

 

 

miércoles, 25 de junio de 2014

LINEAMIENTOS DE POLITICA DE SALUD BUCAL EN EL PERU


PRESENTACION

Las patologías de la boca son el principal problema de salud pública en el Perú, a pesar de los esfuerzos del Ministerio de Salud, del Colegio Odontológico del Perú, y  de las Universidades con Facultades de  Odontología. Nuestra impresión es que se ha enfrentado los problemas de salud bucal con las herramientas de la recuperación de la salud, y de medidas de prevención ligadas estrechamente a los dientes.

Hoy en el mundo globalizado, los temas de salud implican no solo los aspectos clínico asistencial, involucran cada vez con mayor énfasis a la promoción de la salud, aquella que propone modificar los determinantes sociales. Por ello en odontología debemos hacer esfuerzos por involucrarnos en la tarea por hacer frente a los cambios educativos, mayor calidad de vida, y participar en la lucha por la defensa medio ambiente, y de mejores condiciones en los servicios básicos para millones de excluidos en pobreza extrema.

Al proponer políticas de salud bucal, lo hacemos entendiendo que existen cambios profundos en la estructura económica y social del mundo, y en espacial en nuestro país. Se ha abierto una gran brecha entre pobres y ricos, y urge por lo tanto trabajar en la descentralización, e incorporar cultura empresarial en todos los ámbitos del quehacer social y profesional. 

En el siglo XX los cirujanos dentistas fuimos formados como profesionales liberales, con espacios en consulta privada, ajenos a la salud pública, hoy, en el siglo XXI, el mercado de trabajo replantea muchos paradigmas de la profesión; con esa visión se hace esta propuesta de políticas, tratando de innovar el papel de los odontólogos en el actual proceso de reforma de la salud y del estado peruano. 

En cada región formada, en cada plan regional concertado deben existir propuestas de solución a los problemas de salud bucal, solo así la odontología peruana podrá contribuir en  una sociedad más justa y solidaria; en una sociedad que ría con todos sus dientes, como expresión de salud, paz y bienestar.

  1.- LA SALUD BUCAL EN CRISIS PERMANENTE

La situación de la salud bucal en el mundo, sobre todo en países con pobreza extrema y excluyente, son alarmantes; los estados le dan  poco acceso a la atención oportuna, a los gobiernos les falta mayor inversión en salud bucal, y es evidente el abandono de verdaderas políticas públicas de promoción de la salud bucal.
Frente a este panorama la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la Federación Dental Internacional (FDI), se han propuesto  metas globales en salud bucal para  el año 2020, y estas son:

1. Reducir el impacto de enfermedades de origen oral y craneofacial en la salud, y el desarrollo psico- social, haciendo énfasis en promover la salud oral y reducir la enfermedad bucal  entre las poblaciones con la mayor epidemiología oral.


2. Reducir el impacto de las manifestaciones orales y craneofaciales de las enfermedades sistémicas en los individuos, y en la sociedad; y usar estas manifestaciones para el diagnóstico temprano, la prevención y contribuir en el manejo efectivo de las enfermedades sistémicas.

Se puede deducir entonces que a nivel internacional hay un reconocimiento de que las enfermedades bucales requieren intervenciones de salud integral, así como su participación en la promoción de la salud, y la prevención de la enfermedad.
Las metas específicas establecidas para el año 2020, relacionadas con las enfermedades bucales más prevalentes (caries y enfermedad periodontal),  son:

Caries dental
  1. Incrementar la proporción de niños de 6 años libres de caries, de acuerdo con las particularidades de cada país.
  2. Reducir el índice de dientes cariados, obturados y perdidos, particularmente el componente cariado a los 12 años, con especial énfasis en grupos de población de alto riesgo.
  3. Reducir el número de dientes extraídos por causa de la caries a los 18, a los 35-44 y a los 65-74 años, que genera problemas sociales, y  psicológicos en las personas.
Enfermedad periodontal
  1. Reducir el número de dientes perdidos por causa de la enfermedad periodontal en las edades de los 18, 35 a65 a 74 años, con especial referencia a los malos hábitos de  fumadores, pobre higiene oral, depresión, stress y enfermedades sistémicas recurrentes (Diabetes y otras).
  2. Reducir la prevalencia de formas necrotizantes de enfermedad periodontal,  reduciendo la exposición a factores de riesgo como pobre nutrición, y stress 
  3. Reducir la prevalencia de infección periodontal activa (con o sin pérdida de soporte) en todas las edades según indicadores de cada país.
  4. Incrementar la proporción de personas en todas las edades con periodonto sano (encías y estructuras óseas de soporte) en la proporción que cada país establezca de acuerdo a sus prioridades
En suma, la salud bucal en el mundo y América Latina, presentan retos para bajar la alta prevalencia de patologías buco-dentales; agravadas frente a la deficiencia de cobertura de los servicios públicos odontológicos.
  1. CONTEXTO NACIONAL DEL PERÚ EN SALUD BUCAL
El índice de carie dental

En el Perú los índices epidemiológicos de patologías bucales no están lejos de los indicadores latinoamericanos; es más, éstos se agravan frente a la desidia gubernamental por la falta de inversión en infraestructura, inadecuada formación y distribución de los recursos humanos; y las  franjas de población excluidos, en extrema pobreza, cuyos índices de caries y otras patologías orales, están por encima del 80%, sobre todo en la sierra y la selva peruana.

Analizando los indicadores demográficos  de los  últimos censos, se observara que la población peruana envejece; y según cuadros epidemiológicos de salud general se encuentra que coexisten enfermedades transmisibles y crónico-degenerativas, generando un nuevo marco para las políticas de salud, y las políticas públicas saludables. Las enfermedades bucales son de primer orden, constituyen un grave problema de Salud Pública,  por lo que es necesario un abordaje integral del problema, aplicando medidas eficaces de promoción y prevención de la salud bucal.

El Ministerio de Salud sostiene que la prevalencia de caries dental  y enfermedad periodontal es la siguiente:

1990-2006
%
2006-2013
%
Enfermedad Periodontal
85
Enfermedad Periodontal
65
Carie Dental
95
Carie Dental
70

 

 

 

Estudios referenciales, estiman que la prevalencia actual de mal oclusiones  es del 65%. Se debe indicar que existen otras patologías importantes que afectan la cavidad bucal, como es el caso del el Cáncer Bucal, Alteraciones del Desarrollo, Infecciones maxilares, entre otras, de las cuales no se tienen estudios básales ni datos estadísticos, que servirían de base para tomar importantes decisiones en el desarrollo de políticas sobre la salud bucal del país.
Alrededor del 60 % de la población acude a los servicios odontológicos que ofrece el Ministerio de Salud, que cuenta con 1,600 odontólogos. Los procedimientos que se realizan en los EESS públicos son con mayor frecuencia las extracciones dentales,  y obturaciones simples. La concentración de la mayoría de odontólogos en Lima, y la costa,  hace difícil la atención en las zonas rurales alejadas de la región metropolitana.

La prevención de la carie dental en el Perú 

La prevención de la caries en el Perú se dio por la fluorización de la sal, y se remonta al año de 1984,  mediante el  Decreto Supremo firmado por el Presidente de la República, se obligaba a las empresas comercializadoras de sal a añadir, además del Yodo, el componente de Flúor. Se recomendaba, en ese mismo DS, que la Empresa de la Sal-EMSAL, de propiedad del Estado, asumiera la comercialización en exclusividad, en todo el país. Esta última recomendación no se logró a concretar. Al año siguiente se aprobaron las normas técnicas de fluorización de la sal que indicaban un suplemento de 200 ppm de fluoruro de sodio +/- el 10% por Kilogramo.

Desde el año 1985 la población peruana tuvo acceso a la sal con suplemento de Flúor.  En el año 1986 mediante  Decreto Supremo se creó el Programa Nacional de Salud Bucal y la Comisión Nacional de Salud Bucal, compuesta por representantes de las instituciones más representativas de la Odontología Peruana, para que impulsaran -entre otras cosas- la difusión del consumo de la sal fortificada con yodo y flúor.

En el año de 1987, el Ministerio de Salud recibió una donación de la Kellogs Foundation por $495 000 (cuatrocientos noventa y cinco mil dólares americanos) para la ejecución del Proyecto de la Fluorización de la sal de consumo humano.

En 1988 una Resolución Ministerial declaraba prioridad y necesidad públicas la aplicación y desarrollo en todo el país del Programa Nacional de Prevención Masiva de caries dental mediante el uso de la sal fluorada. A partir de la década de los 90 el gobierno inició una serie de privatizaciones de empresas estatales, entre ellas la de la sal. La empresa Quimpac S.A. (Química del Pacífico S.A.) adquirió EMSAL en 1994 y se convierte en el gran distribuidor de sal en el país con más del 60 % del mercado. Esta situación ha ayudado mucho al control de la fluorización de la sal debido a que una sola empresa llega a la mayor parte de la población. En los siguientes años se mantuvo la dinámica de hacer prevención vía  el uso de flúor y de campañas de cepillado dental.

En el 2005,  el Ministerio de Salud a través de la R.M. Nº 761- 2005/MINSA, ha conformado el Comité Técnico Permanente y el Comité Consultivo de Salud Bucal, para concertar  con las diferentes instituciones intra e intersectoriales, entendiendo que el logro de la salud buco-dental para nuestro país, no es solamente responsabilidad del Ministerio de Salud, sino que en nuestros tiempos, en la producción y preservación de la misma deben involucrarse de forma activa otras organizaciones e instituciones, así como la comunidad y los individuos. 

Las acciones realizadas estuvieron  en:  

  1. La fluorización de la sal
  2. El empleo de la Práctica de Restauración Atraumática (PRAT)
  3. Control Odontológico del Niño
Entre 2005 y 2006 el  Componente de Salud Bucal de la Dirección General de Salud de las Personas, con el apoyo del Comité Técnico y Consultivo, desarrolló estrategias que mejoren la salud bucal de los peruanos, y se avanzó muy poco por el carácter de Componente, sin mayor liderazgo y capacidad organizativa nacional. De manera que los índices de patologías bucales siguen sin mayor resolución, por la falta de recursos humanos, la ausencia de especialización en la oferta de los servicios odontológicos, y sobre todo la poca participación  de la población. En el 2007, por decisión del gobierno, el Ministerio de Salud ha creado la Estrategia  Sanitaria  de Salud Bucal, que diseño las políticas sobre la salud oral.  

La oferta odontológica en los servicios públicos y privados

La alta demanda de servicios odontológicos

La demanda por  servicios odontológicos es considerable en todos los grupos etéreos; demandando a los pocos recursos humanos mayores insumos e infraestructura. Una muestra de esto es que del total de establecimientos del Ministerio de Salud, sólo el 15% de estos establecimientos cuentan con servicios odontológicos, además de que las restauraciones realizadas solo cubre aproximadamente el 7% de la población entre 10 a 14 años y a esto se sumado el hecho de que la principal actividad odontológica, la exodoncia, es de tipo mutiladora. De otro lado, la mayoría de las intervenciones odontológicas se dan para reparar el daño ya sufrido, en los dientes, en donde se hace necesario tratamiento especializado como endodoncias y restauración, sin que se haya avanzado en políticas y estrategias de promoción de la salud bucal.

La crítica situación de la atención de salud bucal se profundiza debido a los bajos niveles de ingreso de las grandes mayorías, que  impide atender sus necesidades de salud bucal, por los altos costos de los servicios odontológicos en la práctica privada, y que producen  retracción de la demanda, aunada a las condiciones geográficas y culturales, y  la falta de saneamiento ambiental para adecuados estilos saludables de vida,  propicia el incremento de enfermedades bucales y sistémicas, provocando  alteraciones  en la capacidad de trabajar y relacionarse socialmente.

Asimismo  se debe señalar que las diferentes instituciones relacionadas con el quehacer odontológico, como MINSA, ESSALUD, Sanidades FFAA-FFPP, Colegio Odontológico del Perú, Municipalidades, Universidades, Organizaciones No Gubernamentales, etc., se han caracterizado por realizar una variedad de programas que no están articulados con políticas nacionales; lo que genera fragilidad,  pues sus objetivos causan poco impacto, porque después de más de una década  no han contribuido a transformar los indicadores de salud bucal. 

Es importante señalar que las estrategias para controlar y acreditar a las entidades formadoras de recursos humanos no se realizan adecuadamente, a pesar de que genera mayor concentración de profesionales en las grandes ciudades, y no se ha podido erradicar la presencia de empíricos que distorsionan y agravan la atención de las patologías bucales. 

Al respecto es importante señalar que la odontología, también está en crisis, debido a la sobreoferta de servicios dentales; pero sobre todo, la oferta pública y la privada  porque no está en condiciones de cumplir con los estándares de acreditación y de capacitación para brindar  especialidades.  Esto hace que la oferta pública y privada requiere un cambio total de paradigmas de trabajo; redefiniendo el perfil profesional de los cirujanos-dentistas; poniendo como punto central de agenda el rediseño de las contenidos de formación universitaria, e ingresando el temas de las culturas empresariales y corporativas en la entidades científicas y gremiales.

3.- ODONTOLOGÍA EN EL TERCER MILENIO
El mundo vive profundas transformaciones, en especial desde 1989, con la caída del Muro de Berlín.  Es una época  de nuevos estándares en la producción de servicios, competitividad en costos y calidad, comunidad informática, tecnologías en renovación constante, y sobretodo nuevos paradigmas en salud, promoción y prevención en salud, así como de educación sanitaria. El cirujano – dentista, debe revisar y renovar los conceptos de salud y de práctica profesional, ante un nuevo tipo de Estado y de mercado, así como entender a la nueva sociedad que emerge ante sus ojos.

Es necesario modificar la lectura social  sobre los principales problemas cruciales, saber relacionar  la llamada “competencia” desleal de los empíricos; el exceso de nuevos profesionales,  con el proceso de reformas en  curso. Evitando que la odontología se sigua mirando, a sí misma, como si nada cambiara. Debe adecuar la gestión odontológica a la revolución tecnológica, que no solo ha traído mayor informática; ha trastocado las bases éticas de las ciencias de la salud, Debe integrarse al proceso de Reforma Descentralizada del Sector  Salud, que  generar  nuevos espacios para el desarrollo de la salud integral y bucal. .

La velocidad de los cambios, no ha sido atendida por las autoridades universitarias y las  dirigencia de los Cirujanos Dentistas, existe un marcado desfase entre los planes de estudio y las nuevas percepciones de salud, y práctica del Cirujano-Dentista en el desarrollo del nuevo mercado de la salud. Es imposible que en la era de la globalización económica se siga con  planes de estudio que no incorporen los rápidos cambios en las metodologías de la enseñanza, para formar profesionales integrales.
Renovar los planes de estudio con los conceptos de salud y mercado de trabajo de la época post-moderna.  Se requiere incorporar los conceptos de salud bucal como parte de la salud  integral. Incorporar la  nueva práctica social de la salud.
El Colegio Odontológico del Perú debe transformarse para desarrollar una práctica privada articulada en Redes o Corporaciones de carácter empresarial.  Desarrollar la cultura y organización  empresarial. El problema de la odontología peruana, es la preponderancia técnica frente a los temas políticos, que le hace perder la perspectiva de cómo  enfrentar el reto de la innovación en la salud y el mercado de trabajo. Es un reto impostergable asumir una nueva cultura de tipo empresarial, que erradique las actuales formas simples de liberalismo, que son en el fondo mercantilismo puro, en la vida profesional y personal.

En la unidad,  la concertación, y la vocación por hacer grande a la odontología se debe fomentar un nuevo pacto entre todas las generaciones de cirujanos dentistas, y plasmar un  Plan de Desarrollo de la Odontología hacia el 2020, y en ese camino aportar, como siempre, para un nuevo Perú,  justo, solidario y  sonriente.
4.-  LINEAMIENTOS DE POLÍTICA DE SALUD BUCAL
El desarrollo de políticas de salud bucal va a requerir romper los viejos paradigmas de la salud bucal entre los profesionales cirujanos-dentistas, de las autoridades a todo nivel, y sobre todo de la población, que no ve en la sonrisa plena y los dientes sanos una condición de calidad de vida y perspectiva en el actual mundo somatocrático y hedonista.  Del mismo modo generar mecanismos de concertación y de reorientación de los servicios y la inversión en salud bucal, fomentando la más amplia participación ciudadana en salud bucal, como nunca antes en su historia.
Esto va a requerir indudablemente instrumentos y herramientas para establecer líneas de base por cada región, e integrarse con mayor decisión en los procesos de salud y desarrollo.

LINEAMIENTO 1

Reorientar los modelos de atención de los servicios odontológicos en todo el país, de acuerdo a los estándares que plantea el nuevo mercado de la salud y de acuerdo a  las características de cada región. 

LINEAMIENTO 2
Fortalecer y reorientar la inversión pública en salud bucal  

LINEAMIENTO 3
Mejorar las capacidades y condiciones de trabajo de los profesionales cirujanos-dentistas  

LINEAMIENTO 4
Desarrollar las alianzas públicas y privadas a todo nivel, en las regiones, provincias y distritos del país 

LINEAMIENTO 5
Promover la participación ciudadana en salud bucal 

5.-  LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS DE SALUD BUCAL 

LINEAMIENTO 1 

Reorientar los modelos de atención de los servicios odontológicos en todo el país, de acuerdo a las características  de la atención primaria de la salud en  cada región.

  • Implementar la Estrategia Nacional de Salud Bucal en el MINSA, y todos los Organismos Públicos de Salud con marcado acento a la promoción de la salud bucal
  • Desarrollar la atención primaria odontológica como parte del acceso universal, e Incorporar las especialidades que manda el reglamento de la ley del cirujano dentista, con los residentados odontológicos, y la oferta de especialidades en hospitales y centros de la red pública para la atención de la demanda insatisfecha
  • Desarrollar  mecanismos de ampliar la atención odontológica a 12 horas, en todos los establecimientos de salud publica
  • Incorporar las guardias hospitalarias para la atención de urgencias

LINEAMIENTO 2 

Fortalecer y reorientar la inversión pública en salud bucal
  • Desarrollar el estudio de la situación actual de la  de los hospitales, redes y micro redes, levantando en INVENTARIO NACIONAL DE INFRAESTRUCTURA  ODONTOLOGICA
  • Compra en cada región de equipos para la atención dental de calidad  con especialidades
  • Implementar tecnología de punta en cada región a través de la creación de los Institutos Odontológicos en cada Hospital Regional
LINEAMIENTO 3 

Mejorar las capacidades y condiciones de trabajo de los profesionales cirujanos-dentistas
  • Nombramiento de todos los cirujanos dentistas en  los servicios públicos
  • Capacitación permanente y facilidades para la actualización de los cirujanos dentistas
  • Presupuesto y  Reconocimiento del Residentado Odontológico en los Hospitales Públicos
  • Acreditación Obligatoria de Universidades e Institutos para la formación de RRHH en salud bucal.
LINEAMIENTO 4 

  • Desarrollar las alianzas públicas y privadas a todo nivel, en las regiones, provincias y distritos del país
  • Desarrollar y aprobar los Lineamientos de Política de  Salud Bucal en el Consejo Nacional de Salud
  • Participar activamente de los procesos de Planes Concertados de Salud en cada Región y Municipio
  • Desarrollar la participación del COP y la FOP en el desarrollo y seguimiento de las políticas de Salud Bucal Nacional, Regional,  y Local
  • Promover la participación activa de las Universidades
 LINEAMIENTO 5 

Promover la participación ciudadana en salud bucal
  • Coordinar y capacitar a las Organizaciones Sociales de Base en los temas de Salud bucal
  • Desarrollar los planes concertados y participar de la Conferencia Nacional de Salud a fin de incorporar  como política central el cuidado de la salud bucal para la más amplia sonrisa de la población